En una ocasión, el gran escritor Víctor Hugo, respondiendo a una pregunta que le fue hecha sobre las bondades de los idiomas, respondió: El inglés es ideal para hablar de negocios, el alemán se hizo para las ciencias, el francés es el lenguaje del amor y el español, ¡ah, el español!, es el idioma para hablar con Dios.
Siglos antes Don Miguel de Cervantes había traído a la luz su más reconocida novela: “El ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha” texto que ha sido hasta hoy la obra cumbre de la literatura en español.
Pero la obra no es única solo por el dominio de esta lengua, sino también por su mensaje singular, por el hecho de convertir en héroe a un personaje sumido en la enajenación mental, y como esa desconexión con la realidad le hace reflexionar sobre aspectos vitales de la existencia, creando en el lector la idea de que ciertas cosas solo pueden lograrse si aceptamos en ocasiones, evadirnos de lo puramente lógico.
Es por eso que muchos de los que hoy disfrutamos vivir en esta ciudad, libres de los males que aquejan a nuestros países de origen, tuvimos que ser creativos e ir más allá de la cordura, inventarnos un sueño y creer en él, negarnos a escuchar a quienes intentaron persuadirnos de no cometer lo que ellos consideraron en su momento, genuinos actos de locura.
El trayecto hacia la libertad fue para muchos de nosotros como cabalgar sobre un enclenque rocinante o luchar contra gigantes con aspas.
“Oda a la Libertad". Así ha titulado a esta obra monumental, su autor Ramón Pedraza, quien de vez en cuando regresa a las páginas de ese libro y relee las historias y peripecias del Quijote, ya no solo para inspirarse en su figura, también para encontrarse él mismo entre sus líneas.
Conocer por primera vez a Ramón, ser testigo de su humildad y sencillez, hace difícil creer que tamaña escultura haya salido de sus manos. Pero los que disfrutamos de su estrecha amistad sabemos que es capaz de obras aún mayores.
Este trabajo ha sido realizado exquisitamente. Se ha utilizado una gran cantidad de varillas de acero e incontables puntos de soldadura. Sus formas han sido logradas a base de martillo y calor, sus herramientas de trabajo, guantes y atuendos de protección hubieron de ser reemplazados varias veces.
Ramón ajustó con precisión matemática los centros de equilibrio de la pieza, jugando con las proporciones, sin que ello afectara el aspecto de la imagen.
La obra está preparada para desaguar y resistir los embates del viento y ha sido cubierta con una pátina que junto a su base perdurará y marcará el momento de su creación a través de los años venideros.
El agradecimiento por esta obra va además de su autor, al gobierno de Hialeah, en representación de alcalde Carlos Hernández y a todo su equipo de trabajo.
Esta vez Don Quijote llega cabalgando sobre un flamenco, símbolo de la nuestra ciudad. Lo hace desnudo, sin posesiones y el machete en su brazo evoca nuestras luchas libertarias.
Oda a la Libertad es el símbolo de la emigración hispana, de todos los latinos que superamos los escollos de la travesía y luchamos por nuestro sueño, los que llegamos sin nada y hoy tenemos lo que necesitamos, la obra servirá además para que quienes nacieron de nosotros puedan referenciar el ella sus orígenes.
Hoy inauguramos un ícono para los que ostentamos el idioma español como nuestra primera lengua, un idioma creado para hablar con Dios.