LA AVIONETA DE JAIME
Fue allá por el año 2001 que hice este cuadro. Entonces vivía en el campo.
Mientras pintaba, desde mi taller podía escuchar a un grupo de guajiros trabajar y conversar entre ellos.
Improvisaban décimas, se choteaban unos a otros y se contaban unas historias increíbles.
A veces cuando descansaban, me les unía a su tertulia y con frecuencia me recibían con algo así:
-Miren quien viene ahí, Ja¡ Este si que vive la vida compadre, con su pincelito en la mano, al fresco...echa, echa pa´ cá pa´ que cojas un poco de sol y se te quite esa pinta de sábana desteñía.
Me gustaba escucharlos Con frecuencia era difícil saber si hablaban en serio o en broma. Además, entre lo real y lo fantástico de sus relatos había una delgada línea muy fácil de cruzar.
Cierta tarde en medio de una historia, alguien mencionó un tal "gallego Jaime". -¿Quién es ese? -pregunté.
-Ya se murió...uh hace rato.- contestó Fidelito- Era un gallego flaco y bigotú que dejó a toda su gente en España y vino pa cá a hacer dinero para luego irse y después se aplatanó. Andaba recogiendo tablas viejas y palos por donde quiera.
Cuando éramos muchachos nos hablaba de su familia y de las ganas que tenía de verla.
"-Y cuando te vas gallego?- preguntábamos. -Pronto, pronto. Me falta poco para terminar la avioneta- decía siempre". Según él, la estaba haciendo de madera.
Cada vez que lo veíamos, le pedíamos que nos llevara a ver como iba quedando el artefacto.
Y así estuvieron por años, rogándole a Jaime que los llevara a ver la avioneta.
Sus padres, complices del gallego, aplazaban constantemente la visita al "hangar".
-Un día se murió.-contaban- Ya de más grandes, que nos dejaban andar por ahí, fuimos a donde vivía Jaime. Allí solo quedaban los restos de un bohío de tablas viejas y palos.
Un mes más tarde llamé a todos a mi estudio y les enseñé el cuadro. Tras la sorpresa se reían asombrados, señalaban los detalles y me daban palmaditas de aprecio en el hombro.
Pude ver en los ojos de Fidelito el brillo mientras miraba fijamente el cuadro y decía bajito:
- Miren al gallego Jaime, caray